Una cuarentena sana es posible (y necesaria)

Estamos en nuestra tercera semana de cuarentena, causada por la crisis sanitaria que está provocando el coronavirus en todo el país, y a estas alturas a muchos se os puede estar haciendo especialmente pesada la rutina y el confinamiento. Ya sea porque vuestro cuerpo (y mente) os exige un mayor ritmo de actividad, o porque estáis habituados a tener una vida social más ajetreada entre amigos y familia, en muchos casos las próximas dos semanas pueden resultar especialmente claustrofóbicas pasada la novedad y sorpresa inicial, e instalados ya en una rutina que puede ser tediosa si no trabajamos en ella.

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El entrenador personal, tu mejor aliado

Durante los últimos años hemos asistido a un crecimiento exponencial del número de personas que, independientemente de su edad o condición física, se lanzan a practicar todo tipo de deportes. Los múltiples beneficios que reporta la actividad física tanto a nivel físico como mental son indiscutibles, y ayudan a mejorar notablemente nuestra calidad de vida y prevenir lesiones o enfermedades como ya te hemos contado en nuestro blog en otras ocasiones.

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Deporte en invierno, ¿qué debes saber?

Practicar deporte tiene muchísimos beneficios, y los cambios estacionales no deben ser un inconveniente para seguir practicándolos. Como en cada época del año es necesario adoptar una serie de precauciones para hacerlo de forma segura y sacar el máximo partido. Hoy queremos compartir contigo algunas recomendaciones a tener en cuenta.

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Los años no deben ser una barrera en nuestro rendimiento deportivo

La edad no debe ser una barrera en nuestro rendimiento deportivo

Practicar ejercicio y actividades deportivas es fundamental para todos, sin importar la edad o el género de cada persona, pero se vuelve altamente recomendable a medida que entramos en edades más avanzadas si queremos mantenernos saludables y prevenir dolores y enfermedades.

El NHS, el portal británico de salud de referencia, refleja en sus estadísticas que muchos adultos mayores de 65 años pasan alrededor de 10 horas al día sentados o tumbados, y esta falta de actividad causa graves problemas de salud en la población, como dolores y molestias al hacer tareas sencillas como ir de compras o hacer trabajos en el hogar, viendo además reducidas su energía, vitalidad y calidad de vida. Por otro lado, el mismo portal demuestra que las personas que permanecen activas a cualquier edad tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y demencia.


Beneficios directos del deporte a partir de los 50 años

Con la edad, la capacidad de respiración se reduce, es habitual un aumento del peso y se debilita nuestro equilibrio y reflejos. Esto provoca que en muchos casos las personas mayores pierdan independencia, y se incremente el riesgo de sufrir caídas. En definitiva, permanecer inactivo es un riesgo a medida que cumplimos años, y practicar ejercicio adaptado a nuestras capacidades y condición física puede ser una gran terapia.

De esta manera, la actividad física permite:

  • Reducir el riesgo de caídas
  • Reducir el riesgo de obesidad
  • Reducir el estrés y prevenir enfermedades del corazón
  • Contribuye a la disminución del colesterol
  • Lucha contra la osteoporosis
  • Mejorar el sistema inmunológico
  • Mantener la masa muscular
  • Crear un vínculo social, reducir el riesgo de depresión


¿Qué aspectos debo tener en cuenta a la hora de practicar deporte a partir de los 50 años?

Aunque las habilidades individuales y el estado físico de cada persona difieren, podemos establecer que a medida que nos hacemos más mayores, los deportes de equipo más agresivos que practicamos en nuestra juventud (fútbol, balonmano, voleibol, baloncesto…) pueden presentar un mayor riesgo de lesiones. Aunque estos deportes, al igual que los individuales (tenis, atletismo, etc.) pueden seguir siendo practicados siempre que se realicen en el estado físico adecuado, adaptando la exigencia y nivel de juego y tomando las precauciones necesarias, lo cierto es que en muchas ocasiones es una de las causas que provocan un aumento en la tasa de abandono de actividades deportivas según cumplimos años. Sin embargo, lo recomendable es precisamente readaptar nuestras rutinas deportivas teniendo en mente las siguientes pautas:

  • No empezar con la actividad física de la noche a la mañana: el entrenamiento debe ser progresivo
  • La regularidad es importante para obtener buenos resultados y evitar lesiones.
  • Evitar competiciones deportivas y esfuerzos violentos
  • Llevar el equipo adecuado: elegir zapatos y ropa adaptados
  • Precaución con los cambios bruscos de temperatura corporal y con la deshidratación en temporada de verano


Los adultos mayores de 65 años que estén en buena forma y sin problemas de salud, deben tratar de efectuar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada cada semana, y acompañarlo de ejercicios de fuerza dos o más días a la semana. Estos ejercicios aeróbicos incluyen actividades como ciclismo, caminar o natación entre otros. En cuanto a las actividades de fuerza, es importante que trabajen todos los músculos principales del cuerpo y se dirijan a tonificar la masa muscular y favorecer el estiramiento y elongación de los músculos para dotarlos de mayor movilidad y recorrido. Estas recomendaciones son de carácter general, y en Altea Sport Clinic siempre insistimos en la necesidad de planificar un entrenamiento adecuado a las necesidades y condiciones físicas particulares.

Recuerda que Altea Sport Clinic no es solo tu gimnasio en Altea, es un centro deportivo especializado donde podemos diseñar un plan de trabajo específico según tu estado físico y situación clínica para cubrir esta cuota semanal, y destinar la rutina de trabajo a reactivar tu cuerpo y ayudarte a devolverle toda su vitalidad. 

¿Cómo afecta la edad a nuestro rendimiento deportivo?

¿Cómo afecta la edad a nuestro rendimiento deportivo?

Si prestamos atención a las prevenciones necesarias y somos conscientes del mayor riesgo de lesiones a medida que cumplimos años, la edad no será un problema a la hora de practicar deporte, sino más bien una excusa. Además, podremos reducir el efecto que la edad provoca en nuestro cuerpo.

 

A medida que pasa el tiempo, envejecemos y nuestro cuerpo cambia, y con ello las funciones que nuestro cuerpo puede llevar a cabo. Por eso es importante conocer cuáles son estos cambios, cómo afectan a nuestro entrenamiento y qué prevenciones se deben tener en cuenta para contrarrestarlos.

 

Evolución del cuerpo humano en los primeros años

 

Durante la infancia, el cuerpo humano crece y se desarrolla rápidamente. Luego, a medida que entramos en nuestra adolescencia, hormonas como la testosterona y el estrógeno hacen que la composición y las proporciones del cuerpo cambien y el cuerpo adquiera su forma y tamaño final.

 

El período entre los 15 y los 30 años de edad es cuando el cuerpo humano puede alcanzar su mayor nivel de rendimiento, por supuesto, si se lleva a cabo un entrenamiento continuado.

 

En la mayoría de los deportes, hay un «punto óptimo» de la edad, en el que se combinan habilidades físicas, técnicas y estratégicas. Este punto óptimo recae de mediados de los 20 a principios de los 30. Aunque ha habido numerosos ejemplos de atletas olímpicos que compiten, y algunas veces ganan medallas, sobre la edad de 50 años, la gran mayoría de estos provienen de deportes que requieren una habilidad excepcional y menos potencia aeróbica o anaeróbica, como competiciones de tiro, vela, equitación y esgrima.

 

Para los deportes de resistencia, el límite superior para competir en los niveles más altos del deporte suele situarse alrededor de los 40 años.



Efectos a partir de los 30 años

 

Sin embargo, cuando alcanzamos los 30, las cosas comienzan a cambiar lentamente. Con el tiempo, los huesos comienzan a perder calcio y otros minerales, lo que resulta en una menor densidad ósea. El esqueleto se vuelve menos resistente y el cuerpo se vuelve más propenso a las fracturas y otras lesiones.

 

Al mismo tiempo, los músculos retienen cada vez menos electrolitos, calcio y agua. Como resultado de esto, la masa muscular comienza a disminuir lentamente y, con esto, la fuerza general del cuerpo.

 

La elasticidad de las articulaciones y los ligamentos también disminuye con la edad. Esto afecta nuestro rango de movimiento, lo que hace que el cuerpo humano se vuelva más rígido y que algunos movimientos sean mucho más difíciles de realizar.

 

¿Cómo afectan estos cambios al consumo de oxígeno de mi cuerpo?

 

Una de las principales razones por las que vemos disminuciones en el rendimiento deportivo aeróbico (o de resistencia) con la edad es que nuestros cuerpos no pueden usar el oxígeno con la misma eficacia.

 

La capacidad máxima para utilizar oxígeno (VO2max) es un factor predictivo del rendimiento de resistencia a través de las edades. VO2máx es un valor numérico que describe la cantidad de oxígeno que tu cuerpo puede usar por kilogramo de peso corporal.

 

El VO2 máx. se ve afectado por la forma en que tu cuerpo puede llevar el oxígeno a los pulmones, cómo de bien se transporta en nuestra sangre a los músculos que trabajan y la cantidad de oxígeno que los músculos pueden usar para estimular la contracción.

 

El ejercicio y entrenamiento que planificamos en Altea Sport Clinic pueden mejorar todo esto, y cuanto más alto es el VO2max, más «aeróbicamente apta» es una persona. Es decir, pueden hacer más trabajo de resistencia para su peso corporal.

 

En la población general, el VO2 máx. Tiende a disminuir en alrededor del 10% por década después de los 30 años. Los atletas que continúan compitiendo y entrenando duro pueden reducir la caída en aproximadamente la mitad, al 5% por década después de los 30 años.



¿Cómo afecta todo esto al entrenamiento en el gimnasio?

 

Cuando vemos competiciones deportivas de alto nivel, es posible que hayas notado que rara vez hay atletas mayores de 30 años, y ahora ya sabemos a qué se debe esto. Pero la buena noticia es que esto no significa que tu vida deportiva haya finalizado.

 

Una de las áreas que no se ven afectadas por la edad tanto como todas las demás es la resistencia. Las fibras musculares de contracción lenta se ven menos afectadas por el envejecimiento que las fibras de contracción rápida. Algunos músculos consisten principalmente en fibras de contracción lenta, que son muy resistentes contra la fatiga y pueden mantener la fuerza de salida durante largas duraciones. Son las fibras que se utilizan principalmente durante los eventos de resistencia, ya que las fibras de tipo II (contracción rápida) utilizadas para los movimientos explosivos se fatigan muy rápido. Además, incluso si el sistema cardiopulmonar cambia, puede entrenarse considerablemente bien en cuerpos mayores.

 

Por lo tanto, con la edad es importante saber escuchar a nuestro cuerpo y ser siempre consciente del potencial riesgo de sufrir lesiones a medida que envejece.

 

En Altea Sport Clinic evaluamos todos estos parámetros para que la edad no sea un inconveniente. Planificamos rutinas de entrenamientos y de gimnasio que tienen en cuenta todas estas variables para que tu edad sólo sea un número, ya que entrenar nos permitirá reducir y retrasar considerablemente los efectos biológicos en nuestro cuerpo, elevar nuestra calidad de vida y beneficiarnos de los efectos del deporte en nuestra mente.

 

Contacta con nosotros y empieza ahora a disfrutar de todas las ventajas que una planificación deportiva personalizada y adaptada a tu edad puede hacer por tu cuerpo.

Aprende a respirar y sácale el máximo rendimiento a tus entrenamientos

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Aprende a respirar y sácale el máximo rendimiento a tus entrenamientos

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La respiración nos mantiene vivos, es un movimiento involuntario del cuerpo que realiza de forma constante y al que prestamos poca o ninguna atención. Sin embargo, concentrarnos en una respiración consciente puede aumentar nuestro rendimiento físico y mental de forma notable, y el deporte es el marco ideal para comprobarlo.
 
Una investigación llevada a cabo en 1983 demostró que los corredores que respiraban de forma acompasada a sus pasos obtenían un rendimiento mayor. En el año 2011, un estudio de la Universidad de Portsmouth llevado a cabo por el Dr. Mitch Lomax evaluó a 12 corredores durante un período de seis semanas y descubrió que los atletas que incluían ejercicios de respiración como parte de su entrenamiento mejoraron su rendimiento en un 15%.
Pero no solo la respiración durante el deporte puede ayudarnos a estar más concentrados y en mejor forma. Practicar técnicas de respiración en diversos escenarios, tanto deportivos como no, contribuye a contrarrestar la ansiedad, el insomnio y otros factores, mejorando nuestra calidad de vida.

¿Estoy respirando de forma adecuada?

La forma más común de respiración ineficaz se llama respiración ‘superficial crónica’, en la que inhalamos un mínimo de aire a los pulmones debido a que respiramos a través del pecho en lugar del diafragma, un músculo grande ubicado entre el pecho y el abdomen.
La respiración superficial puede ser causada por muchos factores, incluyendo la postura, el estrés, la ansiedad y las posibles restricciones físicas. La respiración superficial engaña a nuestro cuerpo para que se sienta estresado y, por lo tanto, cuanto más lo hagamos, más crearemos una respuesta de estrés fisiológico.

A largo plazo, este tipo de respiración puede causar problemas físicos y mentales, como una disminución del sistema inmunológico, problemas respiratorios, estrés y ansiedad. También puede provocar tensión física en el cuello, hombros y pecho, lo que también puede afectar negativamente nuestra postura y al rendimiento deportivo.

Si crees que este es tu caso, en Altea Sport Clinic te resumimos tres técnicas respiratorias apropiadas para corregir tu respiración y enseñar a tu cuerpo a hacerlo de forma adecuada:

Respiración diafragmática (o respiración profunda con el estómago)
 
Es el tipo de respiración opuesta a la respiración superficial explicada en el punto anterior, y es la que los bebés realizan naturalmente, en la que su vientre sube y baja con cada respiración. Como ves, este tipo es completamente diferente a la de los adultos, que en su mayor parte respiramos por completo utilizando la parte superior de nuestro tronco.

La respiración diafragmática tiene una gran cantidad de beneficios tanto para el cuerpo como para la mente. Lo más importante es que activa nuestro sistema nervioso parasimpático, que es el responsable del descanso de nuestro cuerpo, y el mecanismo digestivo. Conserva energía, disminuye el ritmo cardíaco y generalmente nos relaja. También fortalece el sistema inmunitario, mejora la circulación, la digestión y aumenta el vigor. Desde una perspectiva psicológica, la respiración diafragmática también nos ayuda a sentirnos a tierra, tranquilos y concentrados.
Para practicar este tipo de respiración, siéntate con la espalda recta en una silla y cierra los ojos. Concéntrate en tu respiración y coloca una mano debajo de tu ombligo y la otra sobre tu pecho. Respira profundamente por la nariz y permite que tu abdomen se eleve como un globo que se llena. Observe que la mano inferior sube y baja con la respiración y exhala, permitiendo lentamente que su vientre se desinfle. Cuanto más practiques la respiración diafragmática, más natural se volverá.

En el deporte, este tipo de respiración podemos aplicarla antes del entrenamiento como parte de nuestro calentamiento; antes de un reto deportivo como un partido o una carrera o al sentir tensión física en el cuerpo.
 
 

 
 
Respiración de larga exhalación

Este tipo de respiración está especialmente indicada para reducir los estados de ansiedad y mejorar la calidad del sueño. En el marco deportivo nos servirá especialmente en casos de nerviosismo antes de participar en algún evento deportivo.

Además, también nos permite recuperar el control de nuestra respiración y tener una mejor capacidad de recarga de energía durante ejercicios aeróbicos.

Para practicarla este tipo de respiración deportiva, acuéstese boca arriba con las rodillas dobladas y los pies planos sobre el suelo. Coloca una mano sobre tu abdomen y toma algunas respiraciones de forma relajada. Alarga la inhalación y la exhalación hasta que tengan la misma longitud, y una vez alcanzado este punto aumenta progresivamente la duración de la exhalación hasta que tenga una proporción de 1:2.


Respiración Bhramari o respiración de la abeja

Este tipo de respiración se emplea habitualmente en ejercicios de yoga puesto que induce a un estado meditativo al disminuir la presión sanguínea, ayuda a silenciar la mente y eliminar la ansiedad.

Su aplicación al deporte puede ayudarnos a tomar un mayor control sobre nuestra respiración en entrenamientos moderados o intensos e incrementar nuestro rendimiento y tiempos de recuperación.

Para practicarla, respira por ambas fosas nasales, manteniendo tus labios cerrados. Inhala en silencio y luego exhala también por la nariz haciendo un zumbido (como una abeja). Permite que tus labios y cara vibren con cada exhalación.
 
Ahora que conoces nuevas respiraciones, te invitamos a probarlas y una vez sepas cuál es la más efectiva, empezar a hacer prácticas diarias de 5 o 10 minutos con el fin de enseñar a tu cuerpo a respirar de forma adecuada durante tus entrenamientos, obteniendo así el máximo rendimiento en cada sesión.
 

La diabetes no es un obstáculo para practicar deporte

La diabetes no es un obstaculo para practicar deporte (aunque debemos tomar ciertas precauciones)

La diabetes es una patología en la que el cuerpo no puede producir insulina, -una hormona producida por el páncreas-, o no puede usar adecuadamente la insulina que produce. El papel de la insulina es regular la cantidad de glucosa (azúcar) disponible en la sangre, un nivel que el cuerpo debe regular cuidadosamente para garantizar que el cuerpo funcione correctamente, ya que demasiado azúcar en la sangre puede causar daño a los órganos, vasos sanguíneos y nervios. Además, el cuerpo también necesita insulina para usar el azúcar con el fin de obtener energía.

Tipos de diabetes

Hay tres tipos principales de diabetes. La diabetes tipo 2 es el diagnóstico más común, seguida de la diabetes tipo 1.

Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune y también se conoce como diabetes dependiente de la insulina. Las personas con diabetes tipo 1 no pueden producir su propia insulina (y no pueden regular su azúcar en la sangre). Aproximadamente el 10 por ciento de las personas que viven con diabetes tienen diabetes tipo 1, dependiente de la insulina. La diabetes tipo 1 generalmente se desarrolla en la infancia o la adolescencia, pero también puede desarrollarse en la edad adulta. Las personas con el tipo 1 necesitan inyectarse insulina o usar una bomba de insulina para asegurarse de que sus cuerpos tengan la cantidad correcta de insulina.

Diabetes tipo 2

Las personas con diabetes tipo 2 no pueden usar correctamente la insulina producida por sus cuerpos, o sus cuerpos no pueden producir suficiente insulina. Aproximadamente el 90 por ciento de las personas que viven con diabetes tienen diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 es más comúnmente desarrollada en la edad adulta, aunque también puede ocurrir en la infancia. La diabetes tipo 2 a veces se puede controlar con una alimentación saludable y ejercicio regular solo, pero también puede requerir medicamentos o terapia con insulina.


Tener diabetes no tiene por qué ser una barrera para disfrutar activamente del deporte y del ejercicio, aunque es necesario tomar una serie de precauciones. En el artículo de este mes nos centraremos en la diabetes del tipo 2, la más habitual, ya que la de tipo 1 requiere atenciones aún más específicas, aunque en todos los casos recomendamos consultar con tu médico en caso de padecerla.
Es habitual encontrarse con ejemplos de deportistas con diabetes que han alcanzado algunos de los reconocimientos y logros más destacados del mundo. Futbolistas como Nacho o Borja Mayoral; la leyenda del fútbol Maradona o el boxeador Sugar Ray son solo algunos ejemplos de deportistas con diabetes que han llevado su rendimiento deportivo al máximo nivel.


¿Ayuda el deporte a la diabetes?


Es la primera pregunta que podemos hacernos a la hora de valorar la relación entre deporte y diabetes, y la respuesta es afirmativa. El deporte, o cualquier forma de ejercicio, se recomienda para todas las personas con diabetes, ya que aporta una serie de beneficios para la salud, principalmente una mejor sensibilidad a la insulina.

Ya sea por razones competitivas o simplemente por diversión, el deporte es una excelente manera de mantenerte sano, pero siempre teniendo en cuenta las precauciones correspondientes.



Cada deporte ejerce un efecto diferente sobre los niveles de azúcar en sangre.


Los diversos tipos de deporte pueden afectar de diferentes formas al cuerpo. Por ejemplo, caminar a paso ligero y trotar continuamente generalmente conducirá a una disminución en los niveles de glucosa en la sangre. Por el contrario, las carreras de velocidad y algunas actividades de la parte superior del cuerpo pueden conducir inicialmente a un aumento en los niveles de azúcar en la sangre, que disminuirá si la sesión de ejercicio es lo suficientemente larga.


Evaluar y llevar un seguimiento de los niveles de glucosa en sangre durante la práctica del ejercicio podrá darnos indicaciones sobre los diferentes efectos que cada deporte y su duración tiene en nuestro cuerpo. Cabe señalar que una sesión deportiva intensa o relativamente larga puede llevar a niveles más bajos de glucosa en la sangre hasta 48 horas después del ejercicio.

 

Rendimiento

Tener niveles de azúcar demasiado altos o demasiado bajos puede afectar negativamente a nuestros niveles de energía, necesarios para lograr un buen rendimiento deportivo. Por ello, es mejor mantener los niveles de azúcar en un rango objetivo. Las personas que toman insulina generalmente tendrán un buen nivel de energía si los niveles de azúcar se mantienen entre 5 y 11 mmol / L. Las personas con diabetes tipo 2 deberían intentar reducir en la medida de lo posible este rango.


Es necesario revisar los niveles óptimos que debemos mantener cuando practiquemos deporte, ya que el mejor rango dependerá de qué medicamento (si corresponde) estemos tomando, así como de cualquier otra circunstancia personal para lograr un rendimiento deportivo óptimo para nuestro cuerpo.



En Altea Sport Clinic defendemos un deporte para todos, y no deben existir barreras que se interpongan entre cualquier condiciones física y la posibilidad de entrenar nuestro cuerpo para beneficiarnos de sus efectos. Por ello, adaptamos nuestros entrenamientos a cualquier circunstancia haciendo un estudio detallado previo y planificando las rutinas de trabajo y objetivos ideales.

Sobreentrenamiento: cómo la fatiga puede llevar a un mayor riesgo de lesiones

Sobreentrenamiento: cómo la fatiga puede llevar a un mayor riesgo de lesiones

Todos queremos obtener los mejores resultados de nuestros entrenamientos, pero a veces lo hacemos a costa de poner en riesgo nuestra propia salud. Existe una conocida cita motivacional que dice «hay días en que duele todo el cuerpo, la motivación es baja y te sientes cansado y débil…esos son los días en que los campeones entrenan». Pero no siempre es así. Cada vez se alcanza mayor acuerdo en el sector médico-deportivo en que los días de descanso son extremadamente importantes para recuperar y mejorar el rendimiento.

El sobreentrenamiento se define como una condición que implica aplicar demasiado estrés al cuerpo mediante la actividad física. “Una acumulación de estrés por entrenamiento y/o no entrenamiento que resulta en una disminución a largo plazo en la capacidad de rendimiento con o sin los signos y síntomas fisiológicos y psicológicos relacionados con el sobreentrenamiento en los cuales la restauración de la capacidad de rendimiento puede tomar varias semanas o meses» (Halson y Jeukendrup, 2004). Según la National Strength and Conditioning Association (NSCA), los síntomas de sobreentrenamiento incluyen debilidad y dolor muscular, disminución del apetito, aumento de la frecuencia cardíaca en reposo, disminución del rendimiento, mayor riesgo de infección y tiempo necesario para la recuperación y disminución de la motivación para entrenar. A este punto podemos llegar por dos factores principales: intensidad del entrenamiento, o cantidad de entrenamientos concentrados en el tiempo.

¿Qué es la fatiga?

La fatiga es el resultado de la capacidad de un individuo para satisfacer las demandas de una actividad a través de medios aeróbicos. Si un individuo no puede satisfacer las demandas de una actividad, aumenta la fatiga. Si bien la fatiga puede aumentar la probabilidad de lesiones (C. Woods, 2003), la presencia de fatiga es esencial para aumentar la condición física. Esto se puede mostrar a través de un modelo gráfico de dos variables: el Modelo de fatiga física.

Como se muestra en el modelo de fatiga de la condición física más abajo (Figura 1), el entrenamiento produce dos efectos secundarios que pueden influir positiva o negativamente en el rendimiento: la condición física y la fatiga. Mientras que el efecto posterior de la condición física tiene una respuesta fisiológica positiva, el efecto posterior de la fatiga tiene una respuesta fisiológica negativa. La interacción entre la condición física y la fatiga da como resultado un cambio en el rendimiento después del estímulo. (MacDougall, Wenger y Green, 1993).

 

 

¿Cómo influye la fatiga en el riesgo de lesión?

Los niveles elevados de fatiga, tanto física como mental, durante un período prolongado de tiempo pueden aumentar significativamente el riesgo de lesiones debido a que comprometen la fuerza muscular, la coordinación, la atención mental y la concentración. La fatiga puede afectar directamente el rendimiento e inducir muchos cambios biomecánicos y musculares en el mecanismo y el movimiento de un deportista.

Estos niveles elevados de fatiga tienden a suceder hacia las últimas partes de una sesión de entrenamiento debido a las exigencias del ejercicio. La fatiga también puede inducir a muchas alteraciones biomecánicas y musculares como resultado de que un atleta ajusta su movimiento para continuar entrenando de la mejor manera. Esto puede aumentar la probabilidad de lesiones debido al reclutamiento de músculos y técnicas alternativas. La fatiga también resulta en una disminución de los ángulos y momentos de flexión de la rodilla (Borotikar et al., 2008).

¿Cómo podemos prevenirlo?

Existe bastante controversia sobre cómo podemos aplicar esta información para una prevención efectiva de las lesiones provocadas por la fatiga, y se ha convertido esta un área de discusión popular.  McLean y Samorezov (2009) descubrieron que el entrenamiento dirigido hacia los procesos de control central puede contrarrestar con éxito el impacto debilitador de la fatiga en el riesgo de lesiones específicas.

En Altea Sport Clinic implementamos en nuestros planes de entrenamiento todos estos aspectos, tanto generales como personalizados, para que tu cuerpo rinda al máximo nivel en cada sesión sin arriesgar tu salud.