Sobreentrenamiento: cómo la fatiga puede llevar a un mayor riesgo de lesiones

Todos queremos obtener los mejores resultados de nuestros entrenamientos, pero a veces lo hacemos a costa de poner en riesgo nuestra propia salud. Existe una conocida cita motivacional que dice «hay días en que duele todo el cuerpo, la motivación es baja y te sientes cansado y débil…esos son los días en que los campeones entrenan». Pero no siempre es así. Cada vez se alcanza mayor acuerdo en el sector médico-deportivo en que los días de descanso son extremadamente importantes para recuperar y mejorar el rendimiento.

El sobreentrenamiento se define como una condición que implica aplicar demasiado estrés al cuerpo mediante la actividad física. “Una acumulación de estrés por entrenamiento y/o no entrenamiento que resulta en una disminución a largo plazo en la capacidad de rendimiento con o sin los signos y síntomas fisiológicos y psicológicos relacionados con el sobreentrenamiento en los cuales la restauración de la capacidad de rendimiento puede tomar varias semanas o meses» (Halson y Jeukendrup, 2004). Según la National Strength and Conditioning Association (NSCA), los síntomas de sobreentrenamiento incluyen debilidad y dolor muscular, disminución del apetito, aumento de la frecuencia cardíaca en reposo, disminución del rendimiento, mayor riesgo de infección y tiempo necesario para la recuperación y disminución de la motivación para entrenar. A este punto podemos llegar por dos factores principales: intensidad del entrenamiento, o cantidad de entrenamientos concentrados en el tiempo.

¿Qué es la fatiga?

La fatiga es el resultado de la capacidad de un individuo para satisfacer las demandas de una actividad a través de medios aeróbicos. Si un individuo no puede satisfacer las demandas de una actividad, aumenta la fatiga. Si bien la fatiga puede aumentar la probabilidad de lesiones (C. Woods, 2003), la presencia de fatiga es esencial para aumentar la condición física. Esto se puede mostrar a través de un modelo gráfico de dos variables: el Modelo de fatiga física.

Como se muestra en el modelo de fatiga de la condición física más abajo (Figura 1), el entrenamiento produce dos efectos secundarios que pueden influir positiva o negativamente en el rendimiento: la condición física y la fatiga. Mientras que el efecto posterior de la condición física tiene una respuesta fisiológica positiva, el efecto posterior de la fatiga tiene una respuesta fisiológica negativa. La interacción entre la condición física y la fatiga da como resultado un cambio en el rendimiento después del estímulo. (MacDougall, Wenger y Green, 1993).

 

 

¿Cómo influye la fatiga en el riesgo de lesión?

Los niveles elevados de fatiga, tanto física como mental, durante un período prolongado de tiempo pueden aumentar significativamente el riesgo de lesiones debido a que comprometen la fuerza muscular, la coordinación, la atención mental y la concentración. La fatiga puede afectar directamente el rendimiento e inducir muchos cambios biomecánicos y musculares en el mecanismo y el movimiento de un deportista.

Estos niveles elevados de fatiga tienden a suceder hacia las últimas partes de una sesión de entrenamiento debido a las exigencias del ejercicio. La fatiga también puede inducir a muchas alteraciones biomecánicas y musculares como resultado de que un atleta ajusta su movimiento para continuar entrenando de la mejor manera. Esto puede aumentar la probabilidad de lesiones debido al reclutamiento de músculos y técnicas alternativas. La fatiga también resulta en una disminución de los ángulos y momentos de flexión de la rodilla (Borotikar et al., 2008).

¿Cómo podemos prevenirlo?

Existe bastante controversia sobre cómo podemos aplicar esta información para una prevención efectiva de las lesiones provocadas por la fatiga, y se ha convertido esta un área de discusión popular.  McLean y Samorezov (2009) descubrieron que el entrenamiento dirigido hacia los procesos de control central puede contrarrestar con éxito el impacto debilitador de la fatiga en el riesgo de lesiones específicas.

En Altea Sport Clinic implementamos en nuestros planes de entrenamiento todos estos aspectos, tanto generales como personalizados, para que tu cuerpo rinda al máximo nivel en cada sesión sin arriesgar tu salud.

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